Comprando junt@s

¡Huerta, cocina y comedor: alimentando la revolución!

El contexto de resistencia al fascismo en Chile y el rol de l@s cociner@s de Ollas Comunes

Sistematización de las ollas comunes en un Recetario de Resistencia y la creación de la Red de abastecimiento de la cuenca San Juan de Dios en Valparaíso

Por Juan Corrales Barraza

A partir de la revolución de octubre de 2019 y como en cada crisis desde el siglo XX, se activaron en distintos espacios del territorio de Valparaíso ollas comunes y comedores populares. Por otro lado, desde la cultura culinaria, como cocinero e investigador y parte del Colectivo educativo y popular Cocina Mestiza, he realizado un intenso trabajo como gestor cultural de la cuenca San Juan de Dios en la comuna de Valparaíso desde que llegué a vivir para el megaincendio que azotó al puerto el 2014. Bajo estos contextos las organizaciones comunitarias y de base son las que más y mejor responden al llamado solidario retratado bajo escritos como "solo el pueblo ayuda al pueblo", ejerciendo soberanía con gran control territorial y respaldo social.

La primera acción trató de salir a diagnosticar las ollas comunes que ya estaban en funcionamiento, específicamente dos: la olla común de Plaza Yungay del cerro Yungay, y la olla común del Sitio Eriazo del cerro Panteón. Tras determinar que había que mejorar el suministro de las ollas, el trabajo técnico de cocina y la calidad de los alimentos, se procedió a generar un ciclo de ollas comunes desde el cual se sistematizó un Recetario de Resistencia, que reúne recetas elaboradas con productos de temporada y del territorio cercano a la urbe, y que presentan gran valor nutritivo además de ser baratas para la elaboración de fondos grandes de comida.

El trabajo previo como cocineros populares nos llevó a contar con vínculos y redes del mundo campesino, entre ellos, productor@s agroecológicos de Quilpué, Colliguay y Limache, e instituciones como la UPLA; todos y todas parte de la Red de Abastecimiento de alimentos agroecológicos de la cuenca San Juan de Dios.

Junto a nuestra participación en la asambleas territoriales y en un único cabildo sobre economía social y solidaria, donde nos encontramos con otr@s que también creían importante garantizar una alimentación sana de cara al contexto de desabastecimiento y especulación de precios con los alimentos, sumado a la guerra social y química declarada por el Estado que nos envenena, impulsamos un Comprando junt@s y nos propusimos armar nuestra canasta de alimentos básicos que, por una parte, consistía de alimentos de tipo abarrotes (legumbres, arroz, pastas, harinas, etc.) y, por otro lado, se elabora una canasta de alimentos agroecológicos (hortalizas, algunas frutas) muy acorde con las recetas de las ollas comunes: alimentos básicos de fácil acceso, del territorio y de temporada.

Así también se constituyó la Red de Abastecimiento que funciona con compras de canastas desde enero de 2020 y que en estos momentos realiza compras todas las semanas en dos grupos diferentes: unos de tipo institucional (ligados a Universidades, edificios públicos, etc.) y otro de tipo comunitario-territorial que destaca por el deseo de levantar otras formas de hacer economía distintas a la capitalista-neoliberal. Coincidente con los principios de reciprocidad, autonomía y soberanía, l@s productores en cada envío de alimentos entregan un excedente que sirve para sostener la olla común del espacio, siempre en planos de igualdad, dignidad y solidaridad.

La actividad, desde el punto de vista de quienes nos organizamos para consumir, consta de los siguientes pasos:

1- La vocera de l@s productores agroecológicos nos entrega la información de productos disponibles para la canasta.

2- La tesorera del Nodo Sitio Eriazo recibe el total de canastas pagadas de la quincena y realiza el depósito con 5 días de anticipación a la fecha de despacho.

3- Un flete trae el alimento que l@s productores juntan en el Fundo San Jorge en el valle del Marga Marga en Quilpué y se traslada hasta el Sitio Eriazo.

4- Allí se arman las canastas con los respectivos alimentos y se retiran una vez que todas las canastas estén listas.

5- Se evalúa la compra y se retroalimenta a l@s productores respecto a la calidad y las cantidades de alimentos que llegan.

De esta forma con un trabajo socioeducativo, investigación acción participativa y militante, promoviendo y siendo parte de la organización de base territorial hemos logrado encontrar nuestro camino hacia una soberanía alimentaria, que no fuera solo consumo (que deja entrever inmediatamente diferencias de clase social) sino también acción y transformación social, participando desde las asambleas territoriales y vinculados a productor@s que hoy resisten el saqueo del agua en Chile, en manos de productores de paltos y cítricos, mineras y transnacionales de la energía.

Transformaciones para una nueva economía social en los territorios

En nuestra experiencia desde una Red de abastecimiento de productos agroecológicos existen al menos 3 actores involucrados: productores, consumidores y facilitadores.

Desde la perspectiva de quienes compran los alimentos agroecológicos es sumamente importante el ejercicio de reflexión crítico que, si bien parte desde la individualidad (toma de conciencia y pensamiento crítico), es necesariamente una práctica colectiva con tejidos sociales que se fortalecen. No es llevadero en el tiempo a consumidores que sólo coloquen dinero para conseguir un alimento con determinadas características; se trata de cambiar nuestra perspectiva sobre el tiempo, el espacio y el disfrute de un "para tod@s todo". Entonces implica involucrarse en los procesos ya que inevitablemente la acción proactiva sobre un tema o problemática socialmente sentida, llevará a otro problema o desafío a abordar colectivamente siendo esto la base de una sociedad que no quiere más infantilismos, patriarcados o extractivismos.

Desde la perspectiva de quienes producen el alimento en el campo implican cambios en el modo de ver la tierra, el agua y las semillas como una tríada que tiene su propio equilibrio y que es preciso volver a conocer. Los cambios van desde la forma de cultivar sus campos, aplicando las transformaciones que la agroecología necesita, hasta la distribución y la relación con otros, como vender juntos, directamente a los consumidores y por sobre todo, reconociéndose en otr@s productores un mismo grupo social que resiste. Esto significa que la organización de quienes producen el alimento es más importante aún, sabiendo que los Estados vagamente al respaldado la agroecología y a pesar de los desafíos actuales no se actúa con suficiente rapidez.

Finalmente desde aquellos que ocupan el rol de facilitadores principalmente vinculados al mundo académico es vital la descolonización del pensamiento, investigación y acción. Quizás no es necesario que toda participación sea "militante", pero debe estar mínimamente comprometida con las organizaciones y movimientos de base que son el principal motor del cambio social.

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